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Sobre este blog

Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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Negociar con una pistola en la mesa

Javier Gallego

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Trump ha puesto una pistola encima de la mesa para negociar: los aranceles. Ya lo dijo su vicepresidente, ese con nombre de pistolero, JD Vance: “Hay un nuevo sheriff en la ciudad”. El sheriff quiere romper unilateralmente el multilateralismo e imponer un nuevo orden mundial en el que Estados Unidos cobra el diezmo, pero sin ofrecer la protección que dan los señores feudales o los mafiosos cuando te exigen el pizzo. Por eso le ha dicho a Europa que se rearme, porque ellos no van a pagar nuestra seguridad, como si esa seguridad que pagan no fuera a cambio de tener sus tropas en nuestro territorio y ser nuestra metrópoli a la que servimos política, económica y militarmente. El imperio quiere mantener el imperio y que se lo mantengamos. Aún más. 

Todo es parte del mismo plan, los tanques y la mantequilla: nos obliga a comprar más armas que nos venden ellos y a pagar aranceles para cobrarnos lo que les vendemos nosotros. Negocio redondo para los yanquis para salvar su declinante imperialismo ante el pujante imperio chino. Por eso quiere Groenlandia, el canal de Panamá y las tierras raras de Ucrania. Por eso estrecha vínculos con Rusia. Busca mantener la influencia y frenar a los chinos. Pero a nuestra costa: a punta de pistola y de arancel quiere que continuemos obedeciéndoles en la OTAN, que sigamos comprándole energía, servicios, tecnología y armas, que no dejemos de invertir nuestras ganancias en sus bonos del Tesoro con los que financian su deuda y que asumamos el coste de la reindustrialización de su país. Ganarlo todo y no perder nada. El Día de la Liberación es el día de las cadenas para el resto.

No nos confundamos, no es un repliegue proteccionista, es un despliegue imperialista. El imperio quiere ser aún más imperio: aún más impositivo, extractivo, explotador. Ni siquiera quiere acabar con la globalización de la que ha sido mayor impulsor y beneficiario, solo con los efectos negativos para Estados Unidos –el déficit comercial, la altísima deuda  y la desindustrialización– de los que culpa al mundo. En la delirante “realidad alternativa” que quiere instalar la propaganda trumpista, los saqueadores han sido los saqueados. “Durante décadas, nuestro país ha sido explotado, violado y expoliado por naciones amigas y enemigos”, dijo Trump el día en que anunció los aranceles. No es nada nuevo: los nazis también tiraron de victimismo para enardecer a las masas.