¿De qué va?. La difícil infancia, adolescencia y madurez de un chico afroamericano que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo y encuentra el amor en lugares inesperados. En esta búsqueda de su propia identidad, tiene que hacer frente a la incomprensión de su madre (Naomie Harris), sus propios demonios personales y a la violencia de los chicos del barrio.
¿Y qué tal?. El pasado mes de agosto se cumplieron cuatro años de la creación de A24, una distribuidora norteamericana que a pesar de su breve trayectoria ya se ha convertido en una referencia absoluta del mejor cine independiente. Ellos fueron los responsables de estrenar en Estados Unidos películas de culto como 'Spring Breakers', 'Under the Skin', 'El año más violento','Amy', 'Ex Machina' y 'La habitación', el primero de sus títulos que logró la nominación al Oscar a la Mejor Película. En 2016 A24 se ha estrenado en la producción de sus títulos propios. Bajo la supervisión de los productores de 'La gran apuesta', 'Doce años de esclavitud' y 'Selma', la encargada de inaugurar este nuevo desafío ha sido 'Moonlight'. Los resultados no pueden ser mejores. Son, de hecho, extraordinarios.
El desconocido Barry Jenkins - sólo había dirigido una película antes, 'Medicine for Melancholy - es el responsable de la película más audaz, atípica y sensible del año. 'Moonlight' estructura en tres actos (infancia, adolescencia y juventud) la historia de la búsqueda y aceptación de la identidad de Chiron, un joven homosexual afroamericano que debe descubrir quién es en el Miami de los años ochenta. El conflicto del personaje funciona a varios niveles: es la mejor representación que se ha hecho jamás de lo que implica ser negro y gay en una cultura tan conservadora como la afroamericana, pero también apela al gran público al abordar cómo vivimos y qué significan esos momentos que, de una forma u otra, marcan nuestras vidas para siempre.
'Moonlight' no llega a las dos horas, una duración reducida para un relato tan ambicioso y que está dividido en tres partes tan diferenciadas entre sí. Jenkins presenta breves destellos de las vidas de sus personajes y da por hecho que el espectador es suficientemente inteligente para unir los puntos. Cada episodio deja con ganas de saber más de Chiron y Kevin, pero el guion economiza y confía en la labor de unos actores soberbios que echan toda la carne en el asador. Destaco la labor de Trevante Rhodes (Chiron en su fase adulta), André Holland (su amigo Kevin, también en la versión adulta), Naomie Harris (la madre de Chiron) y Mahershala Ali (un traficante con el que el niño tiene una conexión especial) porque hablar de 'Moonlight' es hablar de ellos, pero la película podría llenar por sí sola la categoría de Mejor Actor de Reparto.
La película de A24 abraza el conflicto de la represión sexual que ya tenía 'Brokeback Mountain' y la aproximación cotidiana a los pequeños momentos de la vida que caracterizaba a 'Boyhood' (pero sin la sensación de "no pasa nada" que tenían algunos pasajes de la película de Richard Linklater). Hemos visto muchísimas historias sobre temas como el bullying, los peligros de las drogas y la salida del armario, pero el guion de Jenkins esquiva todos los clichés a la hora de presentar el viaje de autodescubrimiento de Chiron. El qué no es lo original, si no el cómo. Jenkins presenta pequeños detalles cargados de simbolismos, elegancia y emoción que convierten la película en algo único. Nunca una pregunta tan sencilla como "¿Quién eres?" había tenido esa resonancia en una película.
¿#OscarsSoWhite? Va a ser que no. Y si el mal gusto se apodera de la Academia, quizás esta sí sea la ocasión para hacer un boicot. Así de buena es 'Moonlight'.